martes, 26 de mayo de 2009

OBRAS:

Mientras llueve


No me deja

salir el aguacero

pertinaz. Y en la tísica calleja,

debajo del alero,


se queja un organillo. Dulcemente

me arrulla con su queja

mimosa el organillo plañidero,

mientras yo mentalmente


musito dormitando: No me deja

salir el aguacero

pertinaz. No me deja

salir el aguacero.


Tarde de verano


La sombra, que hace un

remansosobre la plaza

rural,convida para el

descansosedante, dominical…


Canijo, cuello de ganso,

cruza leyendo un misal,

dueño absoluto del

mansopueblo intonso, pueblo asnal.


Ciñendo rica sotanade paño,

le importa un higola miseria

del redil.Y yo, desde mi ventana,

limpiando mi fusil, me digo:--

¿Qué hago con este fusil?


Un caso


Mi parienta, magra y fría,

solteronamente fea,

con nostálgica atonía

piensa en cosas de su aldea…


Quiere vivir con su cría

de palmípedos. Desea

manejar en la alquería

diariamente la polea


del pozo, oír en ayuna

su misa y tragarse alguna

que otra eucarística oblea,


sin tiznar el pensamiento

con el sexto mandamiento

pornográfico. Así sea.


In pace


Cruza el arroyo el solitario entierro

de un pobre. Es natural

que le acompañe un perro

bajo la indiferencia vesperal.


¿De qué murió? Sería

de bulimia, es decir,

de no haber visto la panadería

con ojos de fakir.


Y ahora va, como inútil adjetivo,

despanzurrado dentro de un cajón

de tablas de barril. –He aquí un motivo

para una cerebral masturbación.


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